Ayurveda es una ciencia de la vida tan completa que ha sobrevivido a la industrialización y a la alta tecnología, porque integra todos los aspectos del ser individual en relación con su entorno y su situación personal. Para armonizar nuestra naturaleza con la naturaleza utiliza la dieta, las plantas, los metales, prácticas de yoga y disciplinas de meditación, pero lo más importante es que enseña a las personas a ser conscientes de sus percepciones. Es accesible a todos los que desean hacer algo para su bienestar y el de otros.
Estas medicinas se ocupan del cuerpo y del alma, y empiezan por ayudar a la persona a comprenderse a sí misma, su naturaleza única y personal, y cómo otras naturalezas -personas, comidas, clima, profesión- la afectan. Enseña a prestar atención a las señales del cuerpo, a intuirlas y entenderlas para ayudarle a recobrar la armonía.
Antecedentes históricos
De ayur (“vida”, “longevidad”) y veda (“ciencia”), surge la palabra AYURVEDA , “la ciencia de la buena vida”, descrita en miles de versos en sánscito, antigua lengua de la India.
Cuenta la historia que en tiempos antiguos de oscuridad, los siete sabios, que ya no soportaban el sufrimiento de los hombres, fueron a ver al mismísimo dios Brahma, el más eminente en la jerarquía de la mitología hindú, y le pidieron que liberara a la humanidad del dolor y la insatisfacción. Brahma les transmitió las enseñanzas prara llevar una vida en sintonía con las leyes del cosmos y la naturaleza.
Los sabios, llamados RISHIS (“videntes”, “iluminados”) recibieron la ciencia del Ayurveda en estado de meditación y transmitieron este conocimiento oralmente. Más tarde, al pasar las Yugas (eras de más de 400.000 años cada una) y entrar en la Kali Yuga, la era actual, la mente de las personas tendría menos retención.
Para evitar que esta sabiduría se perdiera, los siete RISHIS decidieron transcribirla. Así, quedó reflejada hace unos 5.000 años en los 4 grandes libros védicos de la tradición hindú: Rig, Sama, Yaur, Atharva. Los Veda son los textos más antiguos y extensos en la lengua indoeuropea.
El Ayurveda es una rama del Atharva Veda, que a su vez está dividido en los Brihat Tray (los tres Grandes). En estos tres Grandes Libros se encuentra todo el conocimiento para vivir en armonía con los elementos de la Tierra: el aire, el fuego, el agua y la tierra. A partir de estos 4 elementos es posible la vida en este planeta.
Hace miles de años la ciencia védica afirmaba que todo el cosmos o universo es parte de un absoluto. Todo lo que existe en el universo exterior (macrocosmos), también se manifiesta en el cosmos interior del cuerpo humano (microcosmos). Así, los elementos, las fuerzas y los principios que comprenden toda la naturaleza, que la mantienen y la hacen funcionar, también se encuentran en cada uno de nosotros.
El Ayurveda es la medicina más antigua que se registra en la historia de la humanidad, perteneciente a una civilización que floreció unos 2.000 años antes de Cristo y que era muy adelantada. Se descubrieron dos ciudades, Harappa y Mohenjo Daro; al excavar éstas, se encontraron distintas pruebas de la medicina que se ejercía y también sustancias terapéuticas como remedios para reumatismo y diabetes. Se comprobó que hacían exquisitas intervenciones quirúrgicas, incluso transplantes de órganos. El mayor logro que se le atribuye al Ayurveda es su éxito para prolongar la vida.
El Ayurveda llegó a la India de la mano de los invasores arios. Las técnicas ayurvédicas llegaron a China, Arabia, Persia y Grecia. A lo largo de la historia esta medicina fue desapareciendo hasta que, en el siglo XX, y en especial gracias a Mahatma Ghandi, volvió a cobrar auge.
El mayor interés del Ayurveda es mantener el bienestar del individuo, prevenir las enfermedades, que el alimento sea el único remedio. Para el médico ayurdvédico, que un paciente caiga enfermo significa un fracaso. La medicina moderna, en cambio, se ocupa de la enfermedad y no de la salud.
El Ayurveda ha considerado siempre que el cuerpo, la mente y el espíritu están unidos. El cuerpo y la mente forman la parte física de un ser cuya existencia no sería posible sin el alma. Nunca se considera a una persona independiente de su entorno social, cultural o espiritdual ni aún de su conexión cósmica.Cosmología y filosofía
El Ayurveda se basa principalmente en la cosmología del antiguo sistema Samkhya, que reconoce dos principios universales últimos de espíritu y materia: PURUSHA y PRAKRITI, o los principios de “conciencia” y de “forma”. A partir de la unión de PURUSHA y PRAKRITI se crea el universo entero en todos los planos, desde la materia inanimada hasta los seres vivos de cualquier especie.
PURUSHA es la “conciencia pura”o el Yo Superior, es el origen último de la vida, la percepción y el sentimiento. El objetivo de la vida humana es realizar este Yo Supremo.
PRAKRITI es la naturaleza o el principio de manifestación en la dimensión del tiempo y el espacio, de cuyas leyes y procesos dependen el cuerpo y la mente y sus interacciones.En Ayurveda, el espíritu (o conciencia) y el cuerpo (o materia) interactúan mutuamente, juntos foman la materia consciente.
La filosofía y las prácticas ayurvédicas nos relacionan con nosotros mismos y nos recuerdan que estamos unidos con cada aspecto de la naturaleza, unos con otros, y con el universo entero.
Principios y objetivos
Ayurveda no es una medicina, sino que es “el conocimiento de la buena vida o de cómo vivir en armonía con los elementos de la naturaleza”. Por ello, el concepto básico no es curar, sino mantener la salud como estado natural del ser humano y de toda la naturaleza. Es una filosofía y un estilo de vida. Bacterias y virus viven dentro y fuera de nosotros y sólo nos afectan cuando se altera la armonía de los elementos de la naturaleza y entramos en un estado de desequilibrio.
A lo largo de la vida, para alcanzar la aurorrealización MOKSHA o cómo ser felices y fluir con nuestras circunstancias personales en esta dimensión, tenemos que pasar por diferentes etapas de aprendizaje, KAMA enseña a gozar de la vida, ARTHA a cómo relacionarnos correctamente con el dinero, y DHARMA a ser conscientes de la tarea social o conducta ética que nos corresponde personalmente y en relación con los demás.
Cada uno está representado por dificultades u obstáculos en la vida diaria, que nos hacen sufrir y nos desequilibran emocional y corporalmente, hasta que aprendemos la lección. A partir de ese momento, la paz y la salud prevalecen, y lo que antes nos parecía tan difícil, ahora hasta se puede llegar a disfrutar desde otra perspectiva, ya que todo lo que nos pasa es justo lo que necesitamos para llegar e MOKSHA y así liberarnos de las ataduras del karma.
La salud física es esencial para poder disfrutar plenamente de lo que la vida nos ofrece, y el cuidado de la salud mental es necesario para poder sentir un estado de plenitud y felicidad.
Claves para reconocernos
Nacemos con una determinada cantidad de fuego, de agua y de aire y esa es nuestra naturaleza singular que debemos respetar porque su alteración significa enfermedad.
Alguien con demasiado AIRE (VATA): le gusta andar por las nubes. Su mente inquieta averiguará todo con la misma pasión y así como aprende asombrosamente rápido, con la misma facilidad lo olvida. Sus manos y sus pies fríos son el dato exacto del tipo aire y como el aire también es seco, le gustará beber algo tibio siempre que pueda. Su mente, que no se detiene, se preocupa tanto que termina teniendo miedo a todo. Es muy dado a la ilusión. Le gusta y busca los cambios, las sorpresas, lo novedoso. Inquieto, delgado, interesado vivamente por todo, siempre mantiene un aire algo adolescente, desinteresado de los bienes matariales.
Cuando hay exceso de FUEGO (PITTA): esa persona necesitará frescura en el alimento, en la bebida, en el cuarto en que duerme. El fuego es también la cólera, la irascibilidad. Es gente propensa a tener fiebre y granitos en la cara y en el cuerpo. La energía de la que dispone le asegurará buena digestión alimenticia e intelectual. Ese fuego rojo se siente atraído por el verde de los jardines. Esa forma seca, agria, de observar los detalles requerirá de algún sabor dulce que la suavice y le devuelva el amor que pierde con sus razonamientos excesivos y su necesidad de perfección. Un personaje de ficción que responde a estas características es Rambo: inteligante, hábil, atlético, pero rencoroso y explosivo.
Alguien con más AGUA (KAPHA): que el resto de los elementos necesitará que lo sequen y le quiten esa pesadez que hace que el agua sólo elija el camino del menor esfuerzo. La somnolencia y la pereza del agua tendrán que ser avivadas por el escozor de una comida con especies: un poco de pimienta, jengibre, café espeso que lo despierte y lo impulse. Esa misma agua le producirá catarros, mocos y flemas. Su cuerpo tenderá a ser redondeado, nunca se lo tendrá por delgado. Sentirá la necesidad de posesión de una manera más fuerte que los demás. Tiene memoria de elefante. Es práctico, realista, bondadoso y perdonador, siempre dispuesto a escuchar y a aconsejar de manera perfecta. De elegir un personaje de ficción podría ser Sancho Panza, que gracias a la serenidad con que veía la realidad lo bajaba a Quijote de su nube de ensueños.Hay personas en las que los tres elementos tienen igualdad de proporciones; otras en las que son dos los que presentan idéntica relación.
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